al severo soplar del hórrido viento,
correr golpeando el pie cada momento,
de tal frío trinar dientes y encías.
Pasar al fuego alegres y apacibles días,
mientras la lluvia fuera baña a ciento;
caminar sobre hielo a paso lento
por temor a caer sin energías.
Cuidado al andar, resbalar, caer a tierra,
de nuevo sobre el hielo ir a zancadas
Oír aullar tras puertas bien cerradas
Siroco, Bóreas, todo viento en guerra.
Esto es invierno, pero qué alegría nos produce.
La Lluvia, Largo de El Invierno de Las Cuatro Estaciones (1725) de Antonio Vivaldi.