1. El sello de recibido lleva tus siglas.
Desde hace años envío cartas a distintas editoriales sugiriéndoles la publicación de El Gran Álbum de Escritores. En las misivas les sugiero las posibles fotografías de cada autor. Solo en una ocasión he recibido respuesta. El gerente de marketing de Seix-Barral me aseguró que la imagen correspondiente a John Cage era inexacta. “Un hombre sosteniendo un metrónomo frente a un edificiodurante su derrumbe no es el retrato que yo utilizaría”.
Poco después de
la muerte de mi padre,
yo
estaba hablando con
mi madre.
Yo
le sugería que
viajara al oeste
a visitar a
los parientes.
Le dije,
“Vas a pasarla
bien.” Ella
me respondió
rápido.
“Pero, John,
vos
sabés perfectamente bien
que a mí
nunca me gustó
pasarla bien.”
2. Una traducción con una gomita de tinta, una hormiga negra y otra colorada, en otras circunstancias se calificaría como una provocación.
Un grupo de espeleólogos lleva atrapado nueve días en una gruta.
Tienen suficientes víveres para dos semanas. Ese aspecto no los preocupa, sino los pocos elementos para evitar el aburrimiento. La conversación, los juegos de los celulares y un libro que alguien trajo en su mochila son sus únicos elementos. El título del volumen les resulta irónico: Intedeterminación.
En la superficie deben tener ya el status de perdidos.
Ahí, en el subsuelo, ellos se sienten protegidos –algunos incluso sinceramente contentos.
Antes de irse a dormir cada uno lee en voz alta alguna página.
Uno de los libros de Suzuki
termina
con el texto
poético de un monje japonés
poético de un monje japonés
que describe su alcanzar
la iluminación.
la iluminación.
El último poema dice:
“Aho
ra que estoy
iluminado,
iluminado,
soy tan desdichado como siempre.”
“Cage, no es lo que yo llamaría un poeta prozac”, opina uno de los espeleólogos antes de acurrucarse.
Para leer completo Nagara.