queman y duelen aún, las cenizas, pero de ellas renace, como un ave fénix, siempre algo nuevo... puedo mirar hacia arriba o mirar hacia abajo, asomarme al infierno o al cielo, me digo, todo depende del punto de encaje... podemos sonreír o llorar, amar u odiar, podemos perdonar y pedir perdón, o podemos no hacerlo y consumirnos mientras en nuestras llamas... es muy raro todo, un mundo extraño, pero darle uno u otro enfoque depende en última instancia de ti... no sé casi nada, cada vez sé menos, no sé si retrocedo o avanzo, evoluciono o involuciono, pero tengo claro que quiero sonreír... porque pasan mientras los días, tic tac, las semanas y las sonrisas, cuenta las horas, me digo, hasta que llegue la última, la sonrisa final... no sé dónde está el norte, a la deriva que voy y las olas zarandean mi barco, la cubierta llena de cicatrices, cada vez más curtido mi barco, y el rumbo, oh, el rumbo, no sé hacia qué lado, pero hacia el frente siempre que va... quedan las cicatrices, pasan los días, se suceden los ciclos y la muerte está ahí, con su sonrisa eterna esperando, y esa sí, me digo, será la sonrisa final... pero entretanto y mientras dure el viaje, quedan otras realidades aparte, otros gestos y otras sonrisas...
por ello
por ello
nada más
brindo
Vicente Muñoz Álvarez