"Estimado Johannes, ¿es cierto que Gioacchino Rossini inventó los Canelones Rossini?"
Veamos qué contesta nuestro amigo Johannes:
"Sí, es cierto".
Esto no me lo esperaba....
En Fin... Voy a rellenar un poco el post que ha quedado algo raquítico.
Gioacchino Rossini (1792-1868) es el rey del bel canto o sea, el rey de hacer cantar a los personajes de sus óperas de manera alegre, jovial, fresca y llena de gorgoritos, trinos y demás adornos propios de la opera buffa.
Luego llegaron Wagner y Verdi y dijeron que no, que todo tenía que sonar más serio y más dramático y pusieron a todo el mundo a cantar spinto.
Ya dijimos el día que escribimos sobre el Réquiem de Verdi que Rossini era uno de nuestros compositores favoritos, predilección en la que pesa mucho el que a los 37 años compusiera Guillermo Tell, cambiando de estilo justo en el momento en el que todo el mundo le imitaba.
Final de la Obertura de Guillermo Tell (1829).
Himno oficioso de cualquier carga de caballería.
Himno oficioso de cualquier carga de caballería.
Y esa fue su última ópera.
Hagan cuentas y se darán cuenta (toma chascarrillo) de que Rossini que vivió 40 años más tras su "jubilación" musical... Una de las teorías que encontramos para explicar este sorprendente hecho dice que el compositor estaba ya tan forrado y era tan unánimemente admirado que dedicó el resto de sus días a cosas más importantes que la música clásica: comer bien, beber bien y vivir mejor (murió en París).
El caso es que viendo la cara de este compositor se nota a la legua que tuvo que ser un tipo campechano y un buen compañero de mesa. Es decir: Héroe Gusano.
Obertura de Semiramis (1823).
Impresionante.
Impresionante.