Arthur Meehan. |
digo que veo una montaña.
digo que la montaña va hacia arriba.
digo que la montaña te lleva hacia algún lugar
digo que la montaña no te lleva a nada
digo que la tempestad se aloja en los contornos
que el terreno hace pie en la ceguera,
digo que escalar es sendero estático
que la concavidad alberga precipicio
que las manos
albergan precipicio
que el precipicio siempre hace ancla en un nombre propio.
digo el vértigo:
rodillas ajadas en el silencio,
caverna y vísceras.
digo,
que las montañas no tienen faro
tienen remolinos,
brazos apostados hacia el centro
cerraduras inconclusas dilatando lo invisible
deshielo aprisionado en las rendijas.
digo que veo una montaña.
digo que veo una montaña sólo cuando estoy en ella.
digo que la montaña se está moviendo
que la montaña tiene nervaduras y ácaros
-un principio esotérico-
grieta de cimientos en la palabra intrusa.
digo que la montaña se respira
late
se tiembla,
que la montaña está rugiendo.
digo
que la montaña soy yo.