Que no te importe la resaca de mañana: emborráchate. Que no te intimide la mirada de los otros: desnúdate.
No permitas que te impidan actuar las supuestas consecuencias de tus actos, ni que el miedo congele tus anhelos. Ama sin obsesionarte con la dignidad de tu amor, no calcules el riesgo de tus besos ni midas la longitud de tus caricias.
Deja de perseguir tus objetivos y empieza a recrear tus sueños. Deja de confundir la prudencia con la cobardía, deja de leer esto y ponte a escribir tu historia a renglones torcidos.