Francesca Woodman |
I
en el corredor de los esperanzados
hay un rectángulo,
un canto de islas, algas
de pies incendiados
II
mentí, cuando dije que una lengua atravesó mis costillas.
eran cien moluscos
readaptando mis huesos
al acantilado
III
de ser cierto que la grieta
hace medida en la lujuria
aprehendemos la incertidumbre
infecta en miedo
VI
la posibilidad del golpe se acrecienta cuando
todo está demasiado quieto y
todo está
demasiado quieto.
V
desaprendí a temblar el amor
durante el mes
de noviembre.