Tardé exactamente una botella y media en llegar al meollo del asunto. Calcular el tiempo en función del vino consumido es algo que siempre se nos ha dado bien a Flavio y a mí. Por eso, mientras mostraba cierta desafección e indiferencia sirviendo en sus copas, decidí contarles la verdad.
Luego, al terminar, preferí callarme y cambiar de tema. A veces, hasta el mejor de los borgoñas se agria con el exceso de sinceridad.