Ruiseñor, deséame suerte, de Charles Bukowski
MILLONARIOS
vosotros
sin caras
sin caras
en absoluto
riéndoos de nada;
dejadme que os diga:
he bebido en pensiones de mala muerte con
borrachos imbéciles
cuya causa era mejor
cuyos ojos aún albergaban cierta luz
cuyas voces conservaban cierta sensibilidad,
y cuando amanecía
vomitábamos pero no estábamos mal,
éramos pobres pero no ilusos,
y nos desperezábamos en las camas y nos levantábamos
a media tarde
igual que millonarios.
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LA CONSUMACIÓN DE LA TRISTEZA
oigo incluso las montañas
su manera de reír
sus laderas azules arriba y abajo
y ahí en el agua
los peces lloran
y toda el agua
son sus lágrimas.
escucho el agua
las noches que bebo
y la tristeza se hace tan inmensa
que la oigo en el reloj
se convierte en los pomos de la cómoda
se convierte en el papel en el suelo
se convierte en un calzador
un recibo de la lavandería
humo de tabaco
que trepa por un templo de enredaderas oscuras...
poco importa
muy poco amor no está tan mal
ni muy poca vida
lo que cuenta
es esperar en las paredes
nací para eso
nací para chulear rosas por las avenidas de los muertos.
[Visor Libros. Traducción de Eduardo Iriarte]