Dos sillas para Amis (3)

En un sutil efecto de ciencia ficción, el entrevistador le preguntó al invitado qué tal se llevaba con su padre, el también escritor Kingsley Amis, fallecido hace dos décadas. El joven Amis comentó que su relación, antes combativa, era ahora sospechosamente cordial, quizá porque él mismo acababa de tener un hijo, y por tanto era padre ante su padre. ¿Y qué vías literarias abre la paternidad? El joven Amis se apresuró a contestar: «Bueno, en mi próximo libro aparecen por lo menos tres bebés». El público estalló en una carcajada. El Amis actual intentó contener la risa: parecía encontrar reprobable celebrar sus antiguas respuestas como un espectador más. ¿Acaso no lo era? Ante la pregunta de si animaría a sus hijos a convertirse en escritores, el joven autor aseguró que su padre no lo había hecho y él tampoco lo haría. Extrañamente de acuerdo consigo, el autor actual añadió: «Me parece un oficio delirante». Luego explicó su resistencia a hablar de lo que estaba escribiendo, porque eso era algo demasiado privado. «Qué inglés es usted, me encanta», acotó el entrevistador. Dudo que Amis se abra una cuenta de Twitter. Me pregunto sin embargo qué habría hecho hoy su joven yo.

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