«Salmo 121», de David

Caspar David Friedrich



David
Salmo 121
Versión de Carlos Morales


Para mi hermano Desiderio,
que, a sus cuarenta y cinco años,
está a punto tomar el que ha de ser
el último tren de su vida.
Con mi amor.

                                                                                              
Levanto mis ojos hacia las montañas: ¿de dónde, si  no, me llegará la ayuda?
El amparo te viene del Señor, el que hizo los cielos y la tierra.
Él no dejará que resbalen tus pies, pues no duerme el que te guarda,
ni descansa el que protege a Israel en su refugio.
El Señor es tu guardián, la sombra que vela a tu derecha:
no podrá el sol fatigarte de día, ni la luna en la noche te hará desfallecer.
El Señor te protegerá de todo mal y cuidará tu vida.
Él te guardará en la partida y el regreso, ahora y para siempre


 
























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