El affaire de Burroughs y Warhol, de Victor Bockris


Suelo comprarme todo lo que pillo de y sobre William S. Burroughs, aunque supongo que me quedará algún título pendiente. Por eso llevaba meses, casi diría que un año, esperando por este libro. En algún momento encontré la ficha del mismo, creo que en la web de Todos Tus Libros, y la edición se ha retrasado muchísimo. Pero la espera ha merecido la pena. Con un tamaño de folio, con numerosas fotografías de los implicados, con algunas viñetas y collages de esas imágenes, Victor Bockris (autor del imprescindible Con William Burroughs, entre otros) compila y comenta las charlas y reuniones que mantuvieron Warhol y Burroughs, dos auténticos emblemas del arte y de las vanguardias, dos ídolos absolutos. Bockris estuvo implicado porque no se limitó a hacer de testigo y oyente, sino que se las arregló para concertar los encuentros e intervenir con preguntas, apostillas y comentarios al pie.

El buscador de citas memorables no encontrará aquí tantas frases para enmarcar como suele ser habitual en ambos artistas porque (y es una de las características más notables del volumen) a veces los encuentros eran forzados, o Burroughs se soltaba poco, o había tensión en el ambiente (como esa reunión en la que cenan con Mick Jagger y éste acaba decepcionando al lector con su comportamiento y sus maneras algo bordes, todo lo contrario a lo que solía ser el viejo Bill). Pero, como digo, esa característica es una de las más notables porque las charlas despiden naturalidad, cada interlocutor trata de solventar el momento como puede, y el contraste entre los dos personajes principales es muy divertido: Burroughs siempre se muestra educado, comedido y prudente, las más de las veces; mientras que a Warhol le encanta hablar de hombres, de pollas y de chismes. Hacia el final, Bockris emplea un par de páginas para describir cómo eran ambos individuos y analizar la influencia que tuvieron en la cultura y en la sociedad; de ahí entresaco algunos extractos:

Como sendos líderes espirituales de sus tribus, William Burroughs y Andy Warhol fueron los artistas más subversivos de Estados Unidos. Entre los dos se enfrentaron al mayor de todos los sindicatos y cárteles de América: el FBI, Time/Life, la CIA y el Fantasma del complejo militar de Eisenhower. Ambos estaban bajo vigilancia policial y del FBI. No iban a hacer prisioneros.

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Ambos eran inspiradores de modas y figurines. Ambos eran adictos al trabajo, a su trabajo, y nunca cogían vacaciones. Su trabajo era su vida. Ambos cultivaban la sátira, tomando como fuente y tema principal al pueblo americano. Ambos vivían sus vidas como una película que ellos mismos escribían, protagonizaban y dirigían.


[Libros Crudos. Traducción de Antón López]

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