EL ARTE

Muchas veces he intentado imaginar cual fue mi primer contacto con el arte. Seguramente fue a los pocos minutos de venir al mundo, cuando plantaron mi cuna frente a la chimenea del salón, justo debajo de un retrato de mi abuelo. Un cuadro de gran formato en el que aparecía mi abuelo de cuerpo entero, vestido con un traje de tweed, fumando en pipa y acompañado de dos mastines. Dicen que fui un bebé muy llorón, pero vista la expresión sombría y fúnebre del retratado, no era de extrañar que tuviera pesadillas pensando en que aquel hombre bajara de allí y me raptara, o lo que era peor, que aquellos dos perrazos me desmembraran y me dejaran lisiado para siempre.
VIVIR DEL CUENTO, Rafael Caunedo

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