NOTAS SUELTAS

Madrid

Por Laura Bech
                                                        Madrid, Mayo de 2014

En 1936, el escritor argentino Roberto Arlt, escribía: "Viajero inexperto no acudas a Madrid. Madrid es la tentación. Terminarás enamorándote de Madrid como si fueras un crío. Enamorándote de Madrid como se quiere, furiosamente, a la primera amante. Yo sé, que por vivir en Madrid, muchos hombres robaron y otros estafaron. No vayas a Madrid, que cuando tengas que marcharte, los ojos se te llenarán de lágrimas".

El fragmento pertenece al libro Aguafuertes madrileñas y aunque el autor me gustaba mucho, este texto lo descubrí después, cuando ya estaba loca, perdida, enamorada de Madrid. Y claro, cuando la conocí, estaba lo suficientemente apasionada como para dar vuelta atrás. Entonces decidí, solo como se hace con un amante en la vida, dejarlo todo y venir por él.

En todos los pueblos siempre hay una historia que se cuenta bajito, prácticamente susurrando, sobre una mujer que dejó a los hijos y al marido y se fue con un hombre que conoció por casualidad. Ya no se sabe de ella, pero se mantiene la leyenda. 

A veces me siento esa mujer y aunque no he abandonado ni hijos, ni esposo, me he venido a Madrid con tanta necesidad de ella, con tanto apremio por lo que tenía para darme y con tanto deseo de ser suya, que muchas veces le pregunto: ¿Qué va a ser de mi, Madrid, cuando dejes de amarme?

Si Madrid enamora, tendrá, imaginó yo, cinco sentidos.

Madrid HUELE a madera, a pavimento mojado y a flores. Y aunque el pimentón de la Vera es tan intenso que se huele y se saborea, me gusta mas degustarlo en los almuerzos que olerlo en los patios dónde las cocineras a mediodía lo expulsan.

Madrid SABE a chuche, que los hay por toda España, pero al ser una gran catadora de esta golosina, aseguro que como los de Madrid no hay. La ciudad tiene el sabor del café con leche con azúcar y un poco de canela y el de los bocadillos por la tarde.

Dicen que Madrid está hecha de piedra y cemento, así que se TOCA en sus cuadros y monumentos, en los libros y en la historia escrita siglos atrás.

Madrid se VE en su gente, que paradojicamente, no suele ser madrileña y para eso lo mejor es recorrer las calles, las estrechas de los árabes y las, un poquito mas amplias, de los cristianos.

Madrid se OYE con musicalidad, desde el anuncio de la partida del tren, al "cuidado al bajar estación en curva", los semáforos tienen melodía, en los parques cantan los pájaros y se los escucha y en las calles, la fusión de idiomas, colores y razas, parecen una canción de esas de los 80 donde se bregaba por la abolición de la fronteras y la paz mundial.

Madrid se hizo canción, literatura y plástica, se hizo cine y tal vez nunca llegue a hacerse olímpica, algo que desataría mis celos al verla pavonearse con miles de turistas. 
Si usted nunca llega a conocer Madrid, al menos vivirá tranquilo sin haber cometido ninguna locura exagerada, sin abandonarlo todo, sin empezar de cero. Vivirá con esa ilusión, tan bonita, de saber que está y que tal vez algún día, cuando se jubile o gane la lotería...

Si tiene pensado visitarla, prepárese para tener que tomar una decisión límite, de esas que cambian rumbos y alejan familias, esas decisiones que hacen que al menos una vez al día, uno se pregunte ¿Habré hecho bien? 

Un amigo me dijo, en plena calle, como se dicen las cosas verdaderamente importante aquí: "Disfruta de tu Madrid" y yo pensé, un tiempo después, que bonito sería regalar Madrid. 

Pequeñas esencias de esta ciudad viejonueva, de esta amorosa capital europea. Si al fin de cuentas, cuando uno se enamora, quiere gritarlo a los cuatro vientos y aunque no lo haga, anda por la vida con esa cara de tonto, de ilusionado, de que ya nada importa, que todos notan nuestro estado. 

Vaya aquí, un poco de todo lo que hace hermosa esta ciudad, los textos de Lope, de Cervantes y Quevedo, los monumentos, los olores y sabores. Pero sepa usted, que como solo es lo único y maravilloso, Madrid es un poquito de todo ello y no es nada. 

La esencia de madrid, está en ese cielo que puede tocarse o en el aire, vaya uno a saber. Está en las terrazas con sus cervezas, en la disyuntiva Real Madrid - Atlético de Madrid, Cañas o Café.

Está en la generosidad y alegría de su gente. 

Madrid es un sitio en dónde a uno le preguntan ¿Dé dónde eres? y uno contesta: "de Aquí, de Buenos Aires, pero de aquí" y el que pregunta responderá: "Como yo, de aquí, nací en Vigo, pero soy de aquí".

"Madrid es la tentación. Terminarás enamorándote de Madrid como si fueras un crío. Enamorándote de Madrid como se quiere, furiosamente, al  primer amante".

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