El humo del amor


Tomé el tren del amor,

pero decidí bajarme en la primera estación.

Y ahora veo con infinita tristeza

cómo los vagones se alejan.

 

A mi alrededor no hay más que desierto

y el humo del tren que envuelve mi cuerpo.

Cuando desaparece el último vagón,

aún no termina el sufrimiento.

Todavía escucho el rumor

y la tierra temblando bajo los cimientos.

 

Al fin me quedo solo y en completo silencio,

junto a la arena del desierto.  

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