Solitaria. Camina lentamente bajo una fina llovizna. Es medianoche. Enciende un cigarrillo. Sus manos algo huesudas tiemblan apenas. Sube al micro que la llevará de regreso a casa. Se sienta en el último asiento que da a la ventana. Pierde la mirada en las gotas que caen sobre los cristales. En esa rutina diaria, ella viaja. No a su casa -aunque sí viaja a casa- no se permite quedarse estancada en la realidad. Alucina. Siempre alucina.
De pronto, escucha una musiquita infantil, delicada. Es una cajita de música. Padre -que está sentado a su lado- le regala ese sueño de niña. Una belleza pequeña con una bailarina que danza ante los ojos oscuros que la observan maravillados. Sonríe. Padre le acaricia la cabeza y le promete caramelos al bajar. El tren para. Suben algunos vendedores ambulantes. La niña -que es- bosteza. Padre le dice que duerma. Así lo hace un buen rato. Luego se despierta. Mira sorprendida por la ventanilla una gran cantidad de pájaros que surcan un cielo rayado -un avión ha dejado su marca- con destino a ninguna parte. Se pregunta qué debe sentirse volar tan alto, tan envueltos en libertad.
Ahora la lluvia ha cesado. No hay tren, ni cajita de música, ni bailarina, ni pájaros. Tampoco está padre. Sólo soledad y silencio. Gente cansada. Autos mojados. Carteles, semáforos y más autos y más gente cansada. Suspira.
Casa no es su casa. Sólo el sitio en dónde vive. Hogar, difícil saber lo que significa cuando nunca ha tenido uno. Sin embargo, hacia allá se dirige. No sabe cuándo, ni cuánto tiempo faltará aún, pero en el gran mar de dudas que su corazón siente, si ha de tener una certeza -esa única- es la que un día, tal vez una noche ¿Por qué no? Se amanezca sobre un colchón de flores rojas. El jardín ya no será el jardín de los ausentes.
Baja. Enciende otra vez un cigarrillo. Observa el firmamento oscuro. Aprieta fuerte el amuleto que lleva en una de sus manos en forma de escudo de fútbol catalán. Lo besa. El Universo es sabio, se dice. Tarde o temprano, la cruz del sur dará paso a la constelación del norte. Desea creer en ése milagro. Desea creer.
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