Los naranjos perfuman
los verdes márgenes,
cantan las alondras
entre los mirtos floridos;
es el tiempo de cantar
cada uno las tiernas canciones
que hacen que el corazón
palpite con fuerza.
En medio de los campos
de espigas doradas
se oye el murmullo
de vuestra lanzadera;
nosotros, cansados,
reposando del trabajo,
pensamos en vosotras,
oh bellas de ojos de sol.
Oh bellas de ojos de sol,
a vosotras corremos,
como vuela el pájaro...
a su reclamo.