«Cerco de alcoba», de Ernesto Lumbreras



Antonio Biassiuci 1848


Ernesto Lumbreras
(1966)

Cerco de alcoba


Contemplemos un enfermo. Mitad desasosiego entre mangles. Mitad conjuro entre nieblas. Observemos su temblor de escarcha. Su entraña de árbol que arde. Sorprendámoslo en su llanto de cerdo. Este casto coronel supura lotos. Su memoria es sangre en belfos. Disimulemos el aguacero nocturno en su gloria, la aparición de hormigas en su voz muerta.

- Para mí es una larva:
  Conmoción, herrumbre, vapor.

- Lo veo como un tizón en al agua.
  Su oratorio es cisma.
  Su corazón ostenta abedules.
  En su dehesa duerme un tejón.

         Para su fiebre un arroyo trae el alba. Habrá que pensar en santos óleos, entumida su alma en un bosque nevado. Esperemos la ventisca del huérfano, la damajuana de la viuda. Entre la noche que cierne el verbo encontraremos sus ojos: un flujo de alcohol asediado por luciérnagas.


De su libro
El encaminador de almas
(1999)


Grandes Obras de 
El Toro de Barro  
Salomón, "El Cantar de los Cantares”, Versión de Carlos Morales
Salomón, "El Cantar de los Cantares”
Versión de Carlos Morales
Col. «Cuadernos del Mediterráneo»
Ed. El Toro de Barro,
Tarancón de Cuenca, 2003.
Salomón, "El Cantar de los Cantares”, Versión de Carlos Morales

 

 
























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