La semana pasada recopilé reflexiones de grandes autores sobre la escritura. En esta ocasión, comparto los motivos que han impulsado a algunos de ellos a emprender la aventura de la creación literaria. No es la primera vez que trato la cuestión, para algunos trascendental y para otros intrascendente. En esta entrada esbocé mis motivaciones personales (que no son, por supuesto, fijas ni inamovibles): http://cgamissans.blogspot.com.es/2012/12/por-que-escribir.html
En realidad hay tantas razones para escribir como escritores en el mundo. O tal vez más, porque lo que una vez te empuja a contar una historia puede ser lo contrario que te incite al día siguiente a narrar otra. Quizá ayer buscabas evasión, hoy aspiras al entendimiento y mañana anheles un cambio. Sé que muchos de los lectores del blog también escriben, así que os animo a comentar vuestros porqués.
"Escribo buscando siempre algo que, cada vez más, sospecho no se trata de un placer estético, es decir, ando buscando la conciencia de que hay algo en alguna parte que es o podría ser más coherente, más hermoso y hasta más real que ese conglomerado de ficciones y convenciones humanas que llamamos realidad y que componen la sociedad en que vivimos". (Juan Marsé)
"Escribo diferente de lo que hablo, diferente de lo que pienso, pienso diferente de lo que debería pensar, y así sucesivamente hasta la más profunda oscuridad. En realidad, si el escritor quiere evitar la locura, no debería alejarse jamás de su escritorio, debería aferrarse a él con los dientes. Mi novela sigue avanzando, aunque lentamente, sólo que su rostro se parece de forma horrible al mío. Escribir constituye mi única posibilidad de existencia interior". (Franz Kafka)
"Escribo para no tener jefe ni verme obligado a madrugar. También porque no hay muchas más cosas que sepa hacer, y lo prefiero y me divierte más que traducir o dar clases. También escribo para no deberle casi nada a casi nadie ni tener que saludar a quienes no deseo saludar. Porque creo que pienso mejor mientras estoy ante la máquina que en cualquier otro lugar y circunstancia. Escribo novelas porque la ficción tiene la facultad de enseñarnos lo que no conocemos y lo que no se da. Y porque lo imaginario ayuda mucho a comprender lo que sí nos ocurre, eso que suele llamarse lo real". (Javier Marías)
"Porque nunca estoy completamente satisfecho con lo que he escrito, y me gustaría, de una forma u otra, corregirlo, completarlo, proponer otras soluciones. La necesidad de escribir siempre ha sido para mí lo mismo que borrar, sustituir algo de lo escrito por algo aún por escribir. Pienso en el libro que no escribiré jamás, pero que me gustaría poder leer, poder colocar junto a otros libros amados. Es en ese libro en el que pienso, ese libro que no ha sido escrito por nadie y que podría ser mi libro." (Italo Calvino).
"Por la capacidad de maravillarse y por el gozo estético que la satisfacción de tal necesidad puede procurar. Para romper con la banalidad de los actos corrientes y así tomar conciencia de que algo se agita en mi interior. Escribo para ser yo misma y para hacer que mi pueblo exista". (Mircea Dinescu)
"Escribo, sobre todo, porque me gusta mucho hacerlo, y me ha gustado casi desde que tengo recuerdos. Me gustaba inventar cuentos, escribirlos y dibujarlos cuando era niño. Me gustaba escribir redacciones en la escuela. Cuando tuve una máquina de escribir se me iban las tardes improvisando lo que fuera, por el puro gusto de golpear las teclas: diarios, poemas, obras de teatro. Escribo por gusto y porque me gano la vida escribiendo. Algunas veces disfruto mucho y otras preferiría estar haciendo cualquier otra cosa. También escribo por quitarme la mala conciencia de no haber escrito, o para tener el alivio de haberlo hecho. Me puedo imaginar no publicando, al menos durante largos períodos, pero no me imagino no escribiendo. En el fondo es un vicio, un hábito cotidiano, o una manera de estar en el mundo". (Antonio Muñoz Molina)
"Escribir es comenzar a zapar subterráneamente la lógica que sustenta el tejido discursivo del mundo. Se escribe para mostrar un desacuerdo fundamental con lo instituido. Escribimos para poner en evidencia una contradicción que precede al ser; incluso a todo lo que respira: la escritura como disidencia, como contradiscurso heterodoxo". (Rafael Rattia)
"Las alegrías de la vida te desbordan. El dolor y la pérdida te superan y hunden. El tedio y la monotonía pueden resultar aniquiladores. Cuando escribo, estoy fuera de esa realidad. He entrado en otra donde sí es posible buscar un sentido, incluso vislumbrarlo. La soledad, que tantas veces se ha hecho insoportable, se hace ligera y deseable. El estado perfecto. Hay metas, humanidad, sentidos. Hasta cabe la risa, el gran regalo". (Soledad Puértolas)