(A mi abuela)

(Collage de Daisy Bennett)

Es triste verte engullida por el magnetismo del tiempo
entre recuerdos de infancia y campo,
igual que un gusano antes de ser devorado
por un pájaro victorioso tras su primer vuelo.

Mi único vínculo de sangre
los únicos ojos sabios
que encontraron
la bondad en mis actos.

Ahora
las fotografías cobran vida en el estante
como en un delirio cualquiera
o en el ensueño de un cuerpo a la deriva.

Ahora, más que nunca,
no hay palabra para el tiempo.

Sin embargo,
mientras tolere la explosión de dolor
en mi garganta,
podré sortear como una acróbata
tu caída
-ataúd,
precipicio con forma de guadaña-
perdiéndome
en la agitación
de mi memoria,
sangre de tu sangre,
dibujando contornos a tus abrazos
en cierto escondite
con el que sólo yo hablo.

(El verso en cursiva pertenece al primer poemario
de Anne Sexton: 'Al manicomio y casi de vuelta')

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