Edith Wharton: Construir una novela.
José J. de Olañeta, Editor. Colección Centellas. Traducción de Agustín López Tobajas y María Tabuyo.
Hablamos de una obra enana: apenas 150 páginas en 14x9x1 centímetros. Me gusta que un libro quepa en un bolsillo, poder camuflar el acto de leer. En mi primer empleo —becaria en una fábrica de automóviles— me descubrieron leyendo en el baño la Autobiografía de Darwin, de la minúscula Alianza Cien. No me renovaron el contrato. Sin embargo como especie tuve suerte: sobreviví a un trabajo soporífero y deshumanizador.
Wharton analiza los tipos de novela y examina los principios que rigen su adecuada construcción. El tercer y último ensayo lo dedica a Marcel Proust, al que considera un genio mayor dentro del arte narrativo.
Encuentro ridículo ampliar el resumen de una obra tan breve (aunque densa). Aquí, unas citas fuera de contexto:
«Cualquiera que posea la capacidad de escribir realmente bien habitualmente lo sigue haciendo con una persistencia inquebrantable».
«El artista depende del ambiente para el desarrollo adecuado de sus dotes».«Existe en el intelecto humano un poder de expansión que se pone en acción por el simple acto de pensar y repensar los hechos».
«La autobiografía no es la creación de un novelista, sino el autoanálisis de una persona de talento».
«La autobiografía no es la creación de un novelista, sino el autoanálisis de una persona de talento».
Cualquier novela de Wharton sirve para ilustrar su teoría. Por ejemplo, El hijo de la Sra. Glenn(Reino de Cordelia).