Marta Minujín, 1965 |
Fabio Morábito
Para sentirse vivo
En la naturaleza todo está de pie:
los árboles,
los pájaros que están sobre los árboles,
las hojas que se estiran para limpiarse de las ramas.
Y cada uno piensa que los otros son el suelo.
Las hojas creen que toda rama está acostada y ciega,
los pájaros que el árbol ya no crece,
que es una especie de ruina,
y el árbol cree que no hay más árboles,
no cree más que en sí mismo.
Nadie soporta que el sustrato en que se apoya tenga
los árboles,
los pájaros que están sobre los árboles,
las hojas que se estiran para limpiarse de las ramas.
Y cada uno piensa que los otros son el suelo.
Las hojas creen que toda rama está acostada y ciega,
los pájaros que el árbol ya no crece,
que es una especie de ruina,
y el árbol cree que no hay más árboles,
no cree más que en sí mismo.
Nadie soporta que el sustrato en que se apoya tenga
(una vida propia,
que no esté muerto,extinto,
que sea ligero.
Para sentirse vivo hay que pisar una desolación,
algo que ya no tiene nada que decir.
Grandes Obras de
El Toro de Barro