"Un esqueleto escribe sus memorias", de Dionio Cañas







Un esqueleto escribe sus memorias




TODO empieza a tener
...........................un extraño sentido verdadero.
Todo lo que antes era oscuro
...........................ahora posee su luz propia
como las piedras en el campo
...........................que crecen debajo de la tierra.
Todo emerge de un pasado
...........................que cansado de estar en el pasado
pide día y pide sol,
...........................y pide que se le despierte
a una hora cualquiera,
...........................como los muertos.


Curioso que sea esta mañana
............................de destrucción y espanto,
cuando como un ahogado
...........................sale de entre los muertos
el sentido verdadero de la vida.
............................Curioso que haya hecho falta
tanto escombro para escribir
............................unas cuantas palabras verdaderas.


¿Podremos algún día
...........................perdonar lo imperdonable?
Hace muy poco las gaviotas
...........................acompañaban tantos barcos
que salían sin miedo
...........................a sus destinos turísticos
Hace muy poco los alegres
...........................pasajeros de la muerte
escribían tarjetas desde aquí:
...........................“la ciudad es hermosa hasta con la niebla”.


Y todo terminó como un fandango
...........................ruidoso y hacia dentro, todo,
hasta nuestros más íntimos
...........................deseos de huir a otra fecha,
sin calendario ni despertador,
...........................hacia un lugar del tiempo
en que escribir no sea
...........................una obscena aventura de poetas.
Supongamos que llueve
...........................y que estamos cansados de escribir,
supongamos también
...........................que es escandaloso
el precio de los cigarrillos,
...........................que aquel hombre y aquella mujer
que tanto amamos
...........................ya no son nuestros amantes
sino una ficción
...........................en el mar de las ficciones.
Supongamos
...........................que nos tocamos el cuerpo y nos decimos,
“esto no es mi cuerpo”,
...........................que nos tocamos los ojos y nos decimos,
“estos sí son mis ojos”;
 ...........................entonces, sólo entonces,
empezamos a viajar entre los muertos.
...........................El paisaje por donde vamos
es hermoso, digamos tropical,
...........................pero también es hermosa la aridez,
digamos de Manhattan.
...........................Así, cada vez más hacia dentro,
nos encontramos,
...........................como el que no quiere la cosa,
con unos cuantos esqueletos fumando
...........................con unas rosas, con abundantes frutos de mar
y con las ganas de llorar entre las gallinas.
...........................Supongamos, pues, que también estamos
cansados de mirar hacia dentro,
...........................que queremos estar junto a nuestra madre un ratito,
que un poquito de amor
...........................sería suficiente para dejar
de llorar todos los recuerdos.
...........................Supongamos, es sólo un suponer,
que hemos sido felices alguna vez,
...........................que no llueve esta tarde,
que estamos cansados de morir,
...........................que aquí no ha pasado nada
y que escribir tiene
...........................un extraño sentido verdadero,
supongamos.

 

 Grandes Obras de 
El Toro de Barro
PVP 10 Euros
Pedidos a: edicioneseltorodebarro@yahoo.es
Becerro herido 
la sangre del Agnus Dei 
qui tollis pecata mundi. 
Sus blandos ojos musitan

plegarias
miserere nobis.
Sus manos blancos se asemejan
al ruido de las lianas
miserere nobis.
Su linda boca tierna informe
recuerda el parto
miserere nobis.
Su alegre piel peluda
se parece al almendro floreciente
Ome nobis pacem.
Noble becerro herido
vientre desventrado
tonto cordero defenestrado.
Oh, el Agunus Dei pecata
qui tollis mundi,
plegaria o ruido de lianas
El Agnus pecata Dei
mundi en el parto
tuerce tu boca informe.
El mundi qui tollis Agnus
como piel de almendro
miserere pacem.
Y ahora nobis afonía
del malherido animal
que algún día lloraremos...


 




"El Profeta", de Carlos Morales. De su Libro "S". Ilustración Leonardo da Vinci

 

 






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