Los versos más míos se muda para tener su propio blog. A veces uno lanza ideas y nunca sabe si van a funcionar o no. Parece que ésta sí que cuadra y crece y es bonita, así que he decidido darle una casa para ella sola. Su casa se llama Los versos más míos (y puedes ir directamente aquí).
Todo empezó con unos versos de Miguel d’Ors “los versos más míos/ los han escrito siempre otros poetas”, de su poema En mi oficio o taciturno arte (la explicación aquí). Para los que leemos a d’Ors esos dos versos se levantan casi como una poética, donde la lectura de otros poetas y sus versos son fundamentales para la construcción de la propia poesía y casi de la propia identidad o (siendo algo insufrible) el propio yo.
Han pasado por Los versos más míos el gran Javier Hernando Herráez hablando sobre Espergesia de César Vallejo, Sara Herrera Peralta sobre Coreografía de Mía Galllegos, Martha Asunción Alonso con su recorrido vital por aquellos versos que la marcaron terminando en esa cumbre de Idea Vilariño, Raúl Quinto demostrándonos que Alejandra Pizárnik en cuatro versos puede crear un desestabilizador del alma, Erika Martínez y la belleza estridente de La dulce vida de Justo Navarro. El último en pasar por Los versos más míos ha sido Ben Clark que ha estrenado la casa hablando de Olas grises de Leopoldo Lugones. Aquí pueden ver su entrada completa. Les dejo el poema de Lugones para que abran boca.
Olas grises
Llueve en el mar con un murmullo lento.
La brisa gime tanto, que da pena.
El día es largo y triste. El elemento
duerme el sueño pesado de la arena.Llueve. La lluvia lánguida trasciende
su olor de flor helada y desabrida.
El día es largo y triste. Uno comprende
que la muerte es así…, que así es la vida.Sigue lloviendo. El día es triste y largo.
En el remoto gris se abisma el ser.
Llueve… Y uno quisiera, sin embargo,
que no acabara nunca de llover.
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