Fuera de aquí. Conversaciones con André Gabastou, de Enrique Vila-Matas
















Hablas mucho de los cines desaparecidos de tu barrio, el Metropol, el Texas, el Delicias. ¿Cuál es el papel del cine en tu infancia?
Los colegiales de Barcelona teníamos fiesta los jueves por la tarde. Una de las posibilidades era ir al cine, a las salas llamadas «de reestreno», donde pasaban dos películas en sesión continua a precios económicos. Yo iba al cine sobre todo para ver cómo era el mundo exterior, es decir, el mundo que se extendía más allá del Paseo de Sant Joan. Para eso, no me servían las películas infantiles. De modo que con otros compañeros del colegio quedábamos los jueves por la tarde para ir al Texas, al Delicias, al Lido, al Cervantes o al Nuria, donde daban películas prohibidas para los menores de catorce años y había una tolerancia en la entrada, que nos permitía acceder a la sala, algo que era imposible en el centro de la ciudad. O sea que nos interesaba lo prohibido y buscábamos conocer la vida o el mundo real a través del cine, a través de la ficción. Ahora que lo pienso: vaya paradoja. Me refiero a buscar en el cine la realidad.


Primeras páginas: aquí.

[Galaxia Gutenberg]

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