AQUÍ Y AQUÍ

Sus abogados admitieron que nunca en sus dilatadas carreras profesionales habían visto una predisposición tan exquisita para que todo fluyera sin destemplanzas. La custodia quedaba compartida y ninguno puso objeciones ni trabas.
¿Dónde hay que firmar? Aquí, aquí y aquí.

La vida por separado no fue ni mejor ni peor, de hecho no distaba mucho de la que llevaban en común. Era tal su falta de conexión que apenas notaron diferencia. Cada uno era feliz a su manera, con la salvedad de que ya no compartían vestidor ni vaso para los cepillos de dientes

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

*