Resentimiento.

Me refiero a su mirada sin forma. Me dice que le deben muchos miles de euros, pero ese tipo el que más. Materiales para la construcción. Se aprieta el estómago y me señala. Es como un pincho que se le clava en lo más hondo.

Le ocurre cada vez que recuerda la escena en la que su “cliente” se reía cuando le suplicó que le pagara lo que le debía. Sus risas no eran de felicidad. Reconocía que tampoco estaba pasando un buen momento. No podía pagarle, eso es todo.

Me dispongo a invitarle a la cerveza. ¡Qué menos! Le explico que lo que siente es RESENTIMIENTO. Re Sentimiento, volver a sentir lo mismo una y otra vez. Son cosas del cerebro. Puede engañar al cuerpo y hacerle creer que estás viviendo lo mismo una y otra vez.

Pago la cerveza y le comento que puede llamarlo y quedar con él en un lugar tranquilo. No para matarlo, le aclaro. No quiere que se vuelva a reír de él. Le digo que no lo hará porque lo que va a decirle no se lo espera. Me escucha con atención. No voy a darle una fórmula mágica. Sólo debe quitarse de encima la cadena que le une a él. El yugo del resentimiento. Es un moroso con mucho poder porque nada más que piense sobre la última vez que se vieron o cualquier otro encuentro vuelve a sentir ese hormigueo, ese asco, esa frustración. Es el RE SENTIMIENTO. Debes romperlo le digo. Ve con él y dile que te hace sentir muy mal que no te pague lo que te debe pero comprendes que está pasando un mal momento. Que a pesar del mal que te hace su deuda no le guardas rencor y estás convencido de que en cuanto pueda te devolverá el dinero.

Salimos del bar y me comenta que teme que se ría todavía más. Le digo que no lo hará por lo inesperado. Cobrar no vas a cobrar, probablemente, a causa de la frase inesperada. Pero es que el objetivo no es cobrar si no romper la cadena del resentimiento. Verás como dejas de tener ese malsano consquilleo en el estómago.

Ha planificado verle hoy. Tengo curiosidad por saber como le ha ido aunque hasta que no pase un tiempo no sabré si todavía se le reproducen las malas sensaciones del primer día.


Archivado en: Mente, Personal

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