Cada año hago balance de lo que han dado de sí mis colaboraciones literarias. Este año no me puedo quejar. Si mal no recuerdo, suelo dejar constancia en Facebook de lo que he publicado en los últimos 12 meses mediante un recuento de las cubiertas. Este año también quiero ponerlo aquí. Vamos allá:
Origami publicó mi segundo poemario, Los viajeros de la noche, que contaba con prólogo de Vicente Muñoz Álvarez y una ilustración de cubierta de Julia D. Velázquez.
Marcus Versus tuvo la idea y gestó el proyecto y nos dio a mí y a Gsús Bonilla la oportunidad de preparar una antología de 4 poetas: El Ángel, Roger Wolfe, Karmelo C. Iribarren y David González. Uno de los proyectos de los que más satisfecho he quedado, que devino en una edición de lujo. Escribimos a medias el prólogo, titulado "¿Me estás hablando a mí?", elegimos gran parte de los poemas y sufrimos durante meses (no es fácil elegir unos textos y descartar otros cuando sus autores te dan oro puro).
Con la tripulación de Vinalia Trippers siempre es un placer colaborar. Literatura independiente, edición pagada por los propios coordinadores de la antología, géneros que suelen estar al margen y una nómina de colaboradores que jamás verás posando con ropa de moda en El País Semanal. En Spanish Quinqui incluí un relato, "King Quinqui", expresamente escrito para la ocasión.
Para Animales perdidos, el último (por ahora) poemario de Vicente Muñoz Álvarez, éste me pidió un prólogo que titulé "De la penumbra a la luz". Uno de los mejores libros de Vicente, sin duda.
La 2ª edición de Nocturnos. Antología de los poetas y sus noches también salió este año. Con más páginas, algunos autores que no estaban y una cubierta diferente. El prólogo, de un crack literario: Fco. Javier Pérez. Yo participé con dos textos: "Molsheim, gente nocturna" y "Roberto" (siento un afecto especial por éste último porque habla del suicidio de un pariente mío).
Miguel Ángel Oeste me invitó a colaborar en este homenaje al cine. Para la ocasión escribí el cuento "El reino de las arañas", una especie de ficción que especula qué le hubiera pasado al narrador de mis Recuerdos de un cine de barrio si hubiera elegido otras sendas.
Costó sacar adelante El descrédito, pero ahí está, por fin. Esta vez escribí una especie de ensayo con toques autobiográficos y lo titulé "No hay tregua para los malditos", que es una frase del propio Louis-Ferdinand Céline. La cubierta, para mí, es una de las mejores del año, al menos de las más impactantes. Eso sí, en este tributo eché de menos a algunos hermanos como Javier Das o David González.
Enrique Cabezón me propuso escribir el prólogo de este largo poema de El Ángel, que originalmente publicó mi paisano Ezequías Blanco en sus Cuadernos del Matemático. El título de mi texto es "Certero... y empuñando una pistola" (que ahora mismo no recuerdo si se me ocurrió a mí o a Enrique).
De Un cuento por Navidad aún no tengo ejemplares; sé que estarán al caer porque hace días lo presentaron en Valladolid. Me invitó a participar José Ignacio García y mi relato es "El amor en los tiempos del Tumblr", que había salido en un blog de Patxi Irurzun pero que hasta ahora estaba inédito.
Y llegamos al que posiblemente sea mi proyecto favorito del año: el diccionario CINE XXI. Directores y direcciones, coordinado por Hilario J. Rodríguez y Carlos Tejeda, que a partir de entonces se han convertido en dos de mis amigos más preciados. Y digo que es mi proyecto favorito del año por la ilusión que me hizo colaborar en un diccionario, y más aún si es de cine. Los coordinadores hablan de microensayos para referirse a las entradas dedicadas a cada cineasta, que son más literarias que académicas. A mí me correspondió escribir sobre 27 directores. Y con esto terminamos. Prometo que el año que viene habrá más (y puede que mejor, aunque sea difícil).