1. ¡Niño! Estate ya quieto con las teclitas y baja a comprar pan y cerveza pa’ tu padre al Lídel – Intento terminar mi libro de Poetas, estrellas del porno y otros relatos indecentes, pero con este alboroto me lo van a poner difícil. ¡Manolo! Dile al Mikel que deje el ordenador – Calla guarra, que estoy viendo el partido. – Se escucha el sonido del fútbol atravesando la mierda de pared que separa el salón de mi cuarto. Acepto mi fracaso y bajo al Lídel a por el pan y las cervezas, a ver si así me dejan un poco en paz. Hoy está de cajera la Nati. La Nati es la más choni del barrio y quizá, por esa razón, me pone más cachondo que una mona. Hoy lleva unos pendientes de aro que podrían ser el collar de una aborigen y un escote apretado donde se ve más sujetador que camisa. Las tetas parece que se le van a salir, menudos tetones. Subo a casa y me voy directo a mi cuarto mientras mi madre prepara unas croquetas, otra vez putas croquetas con lo mal que le salen. Me siento delante del ordenador pero cuando estoy delante del ordenador siento como mi polla empieza a crecer así que me la saco y empiezo a cascármela pensando en la Nati, la puta Nati con sus tetonas haciéndome una cubana y chupándomela de lo lindo, joder Nati qué cerda eres, se la debes de chupar a todo el barrio para saber chuparla tan bien, has cogido experiencia ¿eh? so guarra, sigue así que me corro. Me corro, sale un lefazo gigante sobre el ordenador, sobre la pantalla, la lefa va escurriéndose sobre el documento abierto de mi nuevo libro. Debería mandárselo así al editor.
2. Poetas, estrellas porno y otros relatos indecentes es realismo sucio. Mikel García es el ultimísimo realismo sucio, tiene 21 años, no existen escritores, ni gente, con menos años. Realismo sucio ya saben Charles Bukowski (no sólo, pero sí). Realismo sucio para el que no sepa lo que es lo viene a decir el propio concepto, realismo, es decir lo que creemos que pasa y sucio, lo que creemos que pasa pero no queremos decir o prestar atención o está devaluado para salir en o es demasiado íntimo o triste o bajo o nada.
3. Hay una mala noticia y una buena. ¿Cuál quieres primero, chaval? La mala primero, siempre la mala.
4. Pues eso, la mala es que los relatos son muy malos. Malo se puede ser por muchas razones. Pues por alguna será. Pues es que no pasa nada, de verdad, no pasa nada, nada, podría cerrar el libro y ponerme el Sálvame y estaría consumiendo la misma mierda y para ver la televisión, querido, ya tenemos la televisión.
5. Va, venga, la buena. La buena es que hay tanta nadería, tanta nada y más nada en las palabras, cuento tras cuento, que al final todo es una gran nada que actúa bastante bien de metáfora de la vida contemporánea, sí, esa por la que nos arrastramos tú y yo. Y como el amigo, aquí, aprendió de los mayores a no hacerse el poeta, está escrito sencillito sin tocarte las narices, fácil, bien.
6. CSI Las Vegas cruzado con Callejeros, fácil, te lo acabas, pistolitas, entretiene, gente cagando, pajas, la televisión.
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