Alfaguara recupera cuatro novelas breves del escritor guatemalteco Rodrigo Rey Rosa, que en España ha publicado con la propia Alfaguara, con Mondadori, Seix Barral y Anagrama y que pasa medianamente desapercibido entre el aluvión de novedades semanales. Los cuatro libros que se recogen en este tomo son: Que me maten si... (1996); El cojo bueno (1997); Piedras encantadas (2001); y Caballerizas (2006). En esta primera entrega hablaremos de la primera de ellas: Que me maten si...
Se trata de una novela coral de breves capítulos donde los personajes se van dando réplicas. Nos encontramos por un lado a Ernesto, antiguo militar que quiere cambiar las armas por los libros, y a su amigo Pedro Morán, que quiere continuar siendo miembro del ejército. Los padres de ambos han sido militares, sin embargo, el padre de Ernesto comprende que su hijo quiera abandonar las armas. Son tiempos convulsos, de falsa paz y donde altos cargos están involucrados en diferentes polémicas relacionadas con la extorsión y el tráfico de drogas. Parece que ese es el camino elegido por Pedro. Enrique, por su parte, conoce a Emilia en la universidad. Aquí aparece la otra parte. Emilia que, junto con un antiguo novio y algunos amigos, investigan por su cuenta para denunciar esas corrupciones políticas. Los acompañan un matrimonio inglés mayor; él es un incansable viajero y escritor de narrativa de viajes y novelas que, aduciendo que necesita documentarse, logra que le lleven por donde él quiere para posteriormente filtrar información. Sus últimas pesquisas le llevan a unos posibles abusos a menores
Rodrigo Rey Rosa denuncia con esta novela un país donde todos sus habitantes parecen mirar para otro lado, donde en los periódicos locales existía la censura y era a través de la prensa extranjera donde uno se enteraba de la matanza de civiles, del narcotráfico y de la corrupción. Se trata de una narración muy negra donde todo se halla condenado y no parece posible la salvación. En poco más de cien páginas, Rodrigo Rey Rosa, elabora todo un universo no exento de matices.
Se trata de una novela coral de breves capítulos donde los personajes se van dando réplicas. Nos encontramos por un lado a Ernesto, antiguo militar que quiere cambiar las armas por los libros, y a su amigo Pedro Morán, que quiere continuar siendo miembro del ejército. Los padres de ambos han sido militares, sin embargo, el padre de Ernesto comprende que su hijo quiera abandonar las armas. Son tiempos convulsos, de falsa paz y donde altos cargos están involucrados en diferentes polémicas relacionadas con la extorsión y el tráfico de drogas. Parece que ese es el camino elegido por Pedro. Enrique, por su parte, conoce a Emilia en la universidad. Aquí aparece la otra parte. Emilia que, junto con un antiguo novio y algunos amigos, investigan por su cuenta para denunciar esas corrupciones políticas. Los acompañan un matrimonio inglés mayor; él es un incansable viajero y escritor de narrativa de viajes y novelas que, aduciendo que necesita documentarse, logra que le lleven por donde él quiere para posteriormente filtrar información. Sus últimas pesquisas le llevan a unos posibles abusos a menores
Rodrigo Rey Rosa denuncia con esta novela un país donde todos sus habitantes parecen mirar para otro lado, donde en los periódicos locales existía la censura y era a través de la prensa extranjera donde uno se enteraba de la matanza de civiles, del narcotráfico y de la corrupción. Se trata de una narración muy negra donde todo se halla condenado y no parece posible la salvación. En poco más de cien páginas, Rodrigo Rey Rosa, elabora todo un universo no exento de matices.