Rojo Floyd es una de las sorpresas de este año. Cuenta la historia de la banda Pink Floyd (una de mis favoritas de todos los tiempos, sobre todo a partir de su álbum “Wish You Were Here”) y lo hace mediante los testimonios de un montón de personajes (casi todos reales y algunos inventados) que conocieron a miembros de la banda o trabajaron con ellos o, simplemente, opinan sobre sus componentes. La gran virtud del libro es que, aunque no lo parezca, se trata de una novela. El fondo es verídico: todas las historias, anécdotas, artículos y chismorreos van retratando a Pink Floyd, en especial todo lo relacionado con Syd Barrett (antiguo líder del grupo, fallecido en 2006), y parten de una esforzada labor de documentación por parte del autor. Pero la forma es ficción: Michele Mari se ha inventado casi todos esos monólogos, esas entrevistas que, en muchos casos, no existieron como tales; la prueba más firme es que comparecen algunas celebridades ya muertas, que opinan desde el más allá, como Brian Jones o Stanley Kubrick.
A priori tenía mis dudas sobre si podría conectar con esta rara mezcla de realidad y ficción (os doy un ejemplo: Lunar Park, de Bret Easton Ellis, mezcla hechos reales y hechos inventados y empieza muy bien… pero acabas por no conectar con la ficción, no terminas de “creértela”). Pero la maestría de Mari para recrear a los personajes y darles voz y la estructura del libro logran que en seguida conectes, que te olvides de la realidad y te metas de lleno en la ficción. Uno acepta rápidamente las reglas. Y, además de divertirse con los juegos y los propósitos vanguardistas del escritor, aprende lo que no sabía sobre Pink Floyd, una de las grandes bandas de la historia. Al loro con lo que pone bajo el título, al principio: “Novela en 30 confesiones, 53 testimonios, 27 lamentaciones (de las cuales 11 son ultramundanas), 6 interrogaciones, 3 exhortaciones, 15 informes, una revelación y una contemplación”. Toda una declaración de intenciones. Esta vez, en lugar de copiaros algunos fragmentos, os dejo con las primeras 20 páginas del libro, cortesía de la web de la editorial: aquí.
[La Bestia Equilátera. Traducción de Eugenia Leva]