Uno siempre lleva una pequeña libreta donde va apuntando títulos y autores que le gustaría leer. Una lista cada vez más inabarcable y que sabes que nunca vas a completar porque es infinita y caótica. Pero poco importa, sigues añadiendo libros sin cesar. El otro día, en una librería de viejo de Granada, me topé con este libro de Castán, el segundo publicado por el autor y que luego recuperó Tropo Editores. Llevaba años apuntado en mi lista de futuras lecturas, desde que lo descubriera gracias a la ya mítica antología de Páginas de Espuma sobre el cuento en español. Era el momento de saldar cuentas.
Museo de la soledad tiene la misma pátina melancólica y soñadora de Frío de vivir, más cercanos en el tiempo que Polvo en el neón, su obra más reciente hasta la fecha y que, a pesar de que mantiene las mismas señas de identidad de su prosa, está mucho más contenida, más apegada a la realidad. En este libro, al contrario, su mundo se desarrolla mejor en espacios líricos, cualquier vida que podría haber vivido el protagonista es mucho mejor a la que está viviendo, sin duda.
Escenarios algo transitados, pero no por ello menos interesantes o inteligentes por el planteamiento que hace de ellos Castán. El pueblo en verano y la compañía de su hermano, su mejor amigo. Y la chica, aquella que solo ven en la temporada de estío porque luego cada uno vuelve a sus ciudades (Silencio tan de Silvia); aquellas parejas que dejamos atrás por diferentes causas y que pensamos que con ellas las cosas nos hubieran ido mejor, hubiera sido casi idílico (Viaje de regreso. Muchas veces, querida Laura). Pero si tenemos la suerte de haber vivido ese reencuentro vemos que las cosas han cambiado (Las rosas de la noche); o que no han salido como imaginábamos (De la suerte y de las cosas). Personajes, todos, que viven del recuerdo, como la mujer de Casi marino; o el vagabundo de Con sangre entra.
Personajes solitarios, enfermos de melancolía y desganados de realidades. Pura delicia. Deseando leer su primera novela, Mala luz, que saldrá en octubre en Destino.