Leonel Lienlaf
El sueño de mankean
Hace muchos pasos atrás
(cuando estos años aun no se soñaban)
bajaron mis pies en un segundo.
Bajaron un día
con el suave canto de la brisa
a buscar el beso de la piedra.
(cuando estos años aun no se soñaban)
bajaron mis pies en un segundo.
Bajaron un día
con el suave canto de la brisa
a buscar el beso de la piedra.
Cerca de la madre de las aguas
me miró la piedra en flor
y en el choque incesante de las olas
me abrazó su espíritu.
me miró la piedra en flor
y en el choque incesante de las olas
me abrazó su espíritu.
Acaricié entonces mi corazón
y encendí con fuego mi camino
para vigilar el sueño del sol
y el baile de las estrellas.
y encendí con fuego mi camino
para vigilar el sueño del sol
y el baile de las estrellas.
Mi risa es el sol del mediodía,
mis lágrimas las vertientes,
mi dormir es el descanso del amor
y mi despertar la vida de los peces.
mis lágrimas las vertientes,
mi dormir es el descanso del amor
y mi despertar la vida de los peces.
Es así mi existir,
es así mi palabra
y las aguas me continúan cantando.
es así mi palabra
y las aguas me continúan cantando.
en Epu mari ülkatufe ta fachantü, 2003
Revista Descontexto
Nuestro agradecimiento al poeta chileno Juan Carlos Villavicencio.
Grandes Obras de
El Toro de Barro
PVP 8 euros edicioneseltorodebarro@yahoo.es |
llegar limpia de nombres
a tu nombre
sin gestos del pasado
ni voces que reclamen
como recién nacida
que viera por vez primera
a alguien
que no fuera su madre
sin ecos reconocibles
y poder nombrar nuestra mirada
con palabras nuevas
que contengan
la profundidad
del primer día sobre la tierra
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