Hablábamos el otro día de Cine Rocambolesco y cambiamos hoy de tercio hacia otra clase de cine muy abundante también en los últimos días: el Cine de Venganza, un subgénero inmoral e inmortal que siempre entretiene mucho.
Traemos dos recomendaciones de dos películas que tienen en común varias cosas: una simple historia de violenta venganza (expeditiva y gore), una puesta en escena elaborada (que yo voy a bautizar ahora como "hiperrealismo límbico-violento-romántico"), varios momentos que rozan el ridículo y un título explicito. A saber: estamos hablando de Sólo Dios Perdona y Dulce Venganza.
A Sólo Dios Perdona, la última película de Nicolas Winding Refn (el responsable de Drive), le han llovido palos desde todos los frentes. No es de extrañar. Es una amoral estilización visual de esa violencia que alimenta los mitos primitivos que ya estilizaron los griegos con sus tragedias familiares cuando construyeron mitos de lo que no son nada más (y nada menos) que los impulsos que florecen en sociedades o ambientes sin ética y/o sin ley que se rigen por sus cerebros límbicos. Love it or Hate it. No hay otra opción con esta película pasadísima de rosca por fuera, algo reiterativa, y tan hueca por dentro como un coco seco.
Sólo Dios Perdona me dio la oportunidad de demostrar a mi esposa, una vez más, lo culto que soy cuando le dije: "es una mezcla de Gaspar Noé y Jodorowsky". Voilá: en los créditos finales, N. W. Refn dedica la película a, entre otr@s, Gaspar Noé y Jodorowsky. De Noé plagia las magistrales fotografía, ambientación y bso de la magistral Enter the Void. De Jodorowksy viene gran parte de la estupidez (que es mucha) de la película: todas esas chorradas del misticismo de la carne y la sangre (herencia bastardo-cristiana) metáfora de sabediosqué basada en quiensabequé basura filosófica oriental. O sea, lo de siempre: sexo y violencia y poco más. Muy poco refinamiento conceptual para un paladar tan acojonantemente exquisito como el mío. Ryan Gosling está tan contenido que parece ser que estuvo a punto de implosionar en un par de momentos del rodaje.
Resumiendo: la parte Noé = muy buena; la parte Jodorowsky = ridícula.
Dulce Venganza es una propuesta mucho más convencional si la comparamos con la anterior. Es un western (aunque Sólo Dios Perdona también tiene esquema de western) que transcurre en Nuevo México, en el Far West, como dios manda. Dios está también detrás de los delirios del villano de la historia: el profeta Josiah, un iluminado ambicioso, cruel, machista y racista que anda todo el día hablando del Más Allá pero obrando con un ojo puesto en el Más Acá y todos sus placeres terrenales. Una ex prostituta con dos cojones bien puestos y un estrambótico sheriff (estupendísimo Ed Harris) que cree en la Justicia sobre todas las cosas, completan el triángulo protagonista de esta notable película que huele, a ratos, a Malick y a otras cosas del cine independiente norteamericano. Me gustó mucho más que el 5,9 del IMDb. La recomiendo. Además, sale January Jones que es muy guapetona. Estupendas fotografía, ambientación y caracterización de personajes.
Yo, de tener que vengarme de alguien en plan sangriento, lo haría, cómo no, a ritmo de Shostakovich.
Redrum, toma nota: