silencios de oceánida


hablotantoaveces
soyestemuchachobullicioso

pero

atrás de este muchacho bullicioso,
de esta ensordecedora dulzura,
de este estruendo de sus besos,
aún existe un hombre, amor,
un hombre silencioso
que en silencio ha aprendido
tus silencios de oceánida.

estemuchachotequiere tanto, se duele a gritos su vida.

calla tanto el mundo, amor,
cuando me abrazas,
se quiebra el aullido
en este pozo de mi adentro,
fragor del zulo sin fondo
adonde florece una hiedra de uñas
que bebe hondos ecos de quebranto
rendida a una ufana luz de quietud.

tu luz, ese tumor blanco en el bruno seno de la muerte.

yace el amor nuestro sumergido
en un pelágico sosiego de certeza
entelado de sonoros limos de ternura,
es una muda Excalibur de agua vera
casi imposible de blandir
en mitad de esa algazara de buen cieno,
agua que se pierde en mitad de otras aguas,
mas tu mano tercera, la certera,
la nuestra, la mía,
la nuestra mano ha de mojarse,
ha de tomarla a ojos cerrados,
será blandido el mutismo de la ola
para someter al estallido del espigón,
reinaremos sencilla y calladamente,
reinaremos sobre todo, amor,
sobre nosotros,
silenciosamente sobre todo.

estemuchachonotienenadaque decir, sólo quiere escucharte,
atarse hombre a los mástiles de ti y aprender silencios de oceánida.


Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

*