En contra de mi costumbre voy a publicar la crítica de un libro en mi blog (lo habitual es que lo haga en http://www.atendiendoarazones.com/). La crítica puede ser un género literario en sí mismo, aunque no aspiro a tanto en esta entrada. Si la cuelgo aquí es porque me he sentido identificado con sus autores y porque su obra guarda relación con mi actual proyecto novelístico, que describe un mundo en el que Internet ha desaparecido. Su lectura me ha servido en cierto modo de inspiración.
Tras la red es un libro de cuentos surgido de manera improvisada y espontánea, a partir de un encuentro de escritores, editores y críticos que reflexionaron a la orilla del Cantábrico sobre el futuro de la literatura en el nuevo paradigma digital. 16 cuentos, 16 autores (algunos tan conocidos como Lorenzo Silva, Javier Celaya, Cristina Fallarás o Vanessa Montfort), 16 historias que serían inconcebibles antes de la huracanada irrupción de internet en nuestras vidas.
Como explica María Goicoechea, prologuista y una de las escritoras representadas, “Internet ha transformado la sociedad y el modo en que nos relacionamos con los demás. De ahí la idea de crear una colección de relatos con historias que no podrían acontecer sin la red de redes”. Cada autor escoge diferentes caminos, imágenes y recursos incluso antagónicos. En la antología conviven cuentos muy convincentes y otros más discretos, pero todos poseen un nexo común: el lenguaje digital. Cibersexo, avatares, juegos de ordenador, redes sociales, whatsapps y correos electrónicos planean por narraciones que describen e indagan nuevas formas de comunicarse. Son los mismos temas de siempre adaptados a una vorágine distinta.
Como reflejo más o menos fidedigno de su tiempo, la literatura debe explorar las revoluciones tecnológicas que están modificando el mundo (y también el universo editorial, obligado a reinventarse). Por ello es de agradecer que las nuevas generaciones de escritores actualicen sus registros para conectar con un lector que vive cada vez más rápido, con más distracciones retumbando a su alrededor y que muy posiblemente está leyendo a través de una pantalla.
Algunos autores, por lo general de edad avanzada, ven con recelo el cosmos digital. Sin embargo, Internet puede configurarse como un territorio ideal para que el género del relato, no siempre valorados por las editoriales en papel, campe ancho y breve, corto pero profundo y penetrante.
Tras la red es un buen paso para aproximarse a esa dimensión digital de la literatura que todavía no está muy definida, pero que anticipa un horizonte prometedor. Y en parte es gracias al hacer de editoriales como Sigueleyendo que, además de esta antología, ha publicado a un precio muy reducido un puñado de libros interesantes.