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Ponemos un cactus al lado del ordenador para que nos sirva de ejemplo, aunque no sepamos muy bien de qué.***
Sí, lo verdaderamente importante no sale en los periódicos. Pero todas las mañanas corro a leerlos, no vaya ser que olvide que lo verdaderamente importante no sale en los periódicos.***
Viejo casino de pueblo, hasta con pianista de ojos saltones. Toca su música y ésta, en lugar de elevarse y perderse entre las lámparas, va por las mesas tirándonos de las orejas, como un niño maleducado.