Para Pessoa España engloba bajo la hegemonía de Castilla (entiéndase el antiguo reino de Castilla, o mejor aún, todas las zonas que hoy hablan castellano) a dos naciones más, Cataluña (singularmente) y Galicia. En un primer estadio de sus reflexiones Pessoa cree que en la Confederación ibérica que busca, en la Iberia global que nunca pierde de vista, Galicia debiera unirse a Portugal. Sin embargo pronto se da cuenta de que Galicia ya no es Portugal y que, consecuentemente –tras siglos de distancia– Galicia está tan cerca de Castilla como de Portugal. Y dice: «Nadie que sea verdaderamente portugués quiere para nada Galicia. No queremos que Galicia sea parte de Portugal, o que Galicia y Portugal sean un solo país». Y más adelante: «Sería –Galicia– un cuerpo extraño que perturbaría por exceso la gran virtud portuguesa, que es la formidable unidad de nuestra nación»
Iberia
Con el café un artículo de Luis Antonio de Villena sobre Pessoa y su iberismo, al hilo del libro en Pre-Textos. Curioso. Es una relación, cuanto menos, extraña, la de Portugal y Galicia, como dos hermanos a los que la vida ha separado y ya no tienen nada que decirse.