TERMODINÁMICA
El paraíso perdido de mi adolescencia
fue mi boca sedienta y desacompasada
lloviendo, sin tregua, en tu primera carne,
dos pechos desmayados y tus labios
resollando el grito de rodillas ;
plegaria de muslos y sangre
aliento vestal sumido en
la antigua ceremonia.
Cuando el aire suda
sexo,incluso hoy,
aún siento
tu pulso
en mi
sed