Hoy no acuden los versos.
Son tantos los cadáveres
que cargan a su espalda.
Hoy sólo puede hablar
el silencio incrustado
en los oídos muertos,
el silencio huérfano
de demasiadas casas,
el silencio inaudito
de un Madrid en coma,
el silencio furioso
de las concentraciones
que no alivia la lluvia.
11-03-2004
Jacob Iglesias, Las piedras del río