Una veintena de cuentos componen Safaris inolvidables, segundo libro de relatos del escritor catalán Fernando Clemot tras su ya clásico, entre los amantes del género corto, Estancos del Chiado, una autoedición que consiguió hacerse con la VI edición del Premio Setenil. Corría el año 2009 y desde entonces Fernando ha escrito un par de novelas: El golfo de los poetas y El libro de las maravillas. A finales de 2012 aparecía Safaris inolvidables.
Todos los cuentos reunidos en esta colección están recorridos por una temática común: la memoria como forma de viaje interior, los recuerdos, los amores pasados y la inapetencia de vida. Así, muchos de los personajes que aparecen en este libro están sentados en una silla frente a un ordenador mientras que buscan localizaciones con Google Earth. Algunos acuden al pueblo de su ex; otros buscan la calle del amante de su novia; otros simplemente divisan paraisos terrenales, bosques inhóspitos o islas paradisiacas y se lamentan de no poder enseñar semejantes maravillas a la que otrora era su pareja. Pero ninguno de ellos hace nada para cambiar su situación. Prefieren vivir de los recuerdos ya que para estos personajes cualquier tiempo pasado fue mejor. Personajes, todos ellos, protagonistas y narradores en primera persona; con diferente nombre y diferente biografía pero todos con una misma voz. Una voz melancólica que se me antoja entronca con la narrativa portuguesa e italiana.
Mediante este macguffin, el programa informático que nos permite viajar en el espacio sin moverte del sillón, los personajes viajan en el tiempo a través de la memoria. Un pequeño detalle en la orografía, unas islas con forma de hoja o la aparición de un monumento provocan que salte un chip en la mente del narrador y se introduzca en las frondosidades de los recuerdos vividos, dotándolos de una pátina de nostalgia.
Veinte cuentos, pues, sobre la soledad del hombre contemporáneo en la era de las tecnologías, sobre los conflictos amorosos y los viajes interiores para (re)descubrirse a uno mismo.