Debería existir la posibilidad de arrepentirse por encima de todas las caricias.
La primavera, que nunca conocimos, siempre vuelve; y estos días de sol encierran una pena llevadera que morirá muy pronto, que habrá sido fugaz, como todas las flores; y que no se merece que de ella no se diga nada.
Las palabras.
Los pájaros azules.
La espera en las taquillas de los cines.
Todos mis dramas y todos mis amores son minúsculos, piedras pequeñas y brillantes que no terminan de desaparecer, migas en el camino.
Todos los guardaré.
Serán mi luz para volver a casa.
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