Trabajos forzados en un campo de reeducación comunista. |
Adónde hoy, adónde, dónde, dónde
con la cabeza hecha una tea? ¿Adónde llevas
esa flor enloquecida? ¿Acaso en el llanto ocultarás la frente
y le dirás sin más que es el hombro donde vienes
a descansar de todo? ¿Adónde vas
tambaleándote y creyendo en un milagro? ¿A dónde hoy?
Tras el fracaso de los sueños. Tras la herida, tras
el precipicio. Tras el lugar que llaman Nozharevo, dónde la sangre
mana sin cesar y en el Campo de Concentración tu padre
muere. ¿Adónde bajo el espacio despedazado
del ahora en adelante? ¿Adónde retrocedes? ¿Dónde? Si eres tú
el consuelo. Y no hay más alternativa, mi hierbita,
que, arrancada de raíz y rota,
volar en la calima y poblar
esa flor enloquecida? ¿Acaso en el llanto ocultarás la frente
y le dirás sin más que es el hombro donde vienes
a descansar de todo? ¿Adónde vas
tambaleándote y creyendo en un milagro? ¿A dónde hoy?
Tras el fracaso de los sueños. Tras la herida, tras
el precipicio. Tras el lugar que llaman Nozharevo, dónde la sangre
mana sin cesar y en el Campo de Concentración tu padre
muere. ¿Adónde bajo el espacio despedazado
del ahora en adelante? ¿Adónde retrocedes? ¿Dónde? Si eres tú
el consuelo. Y no hay más alternativa, mi hierbita,
que, arrancada de raíz y rota,
volar en la calima y poblar
los universos.
1973
Grandes Obras de
El Toro de Barro
abierta, la luz, la calefacción
encendidas. Hay un poco de vino
en la alacena, el café está reciente
por si me demoro y te vence el sueño.
Acaso estés aquí cuando regrese,
arropada en el sofá con mi manta
de viaje, reconfortada, quizá
complacida del mundo en su belleza,
sabiendo que hay una técnica pura
en esta maravilla de estar vivo.
Y si no estás, bendito sea el tiempo
en que estuviste. Sólo he de abrir
los postigos para que fluya el agua
llovida en la memoria. La luz, pronto,
dejará en las paredes una sombra
que llamará en sus labios con tu nombre,
contenta de estar en casa de nuevo.
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Juan Ramón Mansilla
Juan Ramón Mansilla