Siempre hay retrocesos. En este momento, por ejemplo, se vive un período extraño. Es decir, que muchos de los novelistas que han sido muy revolucionarios se han convertido en autores comunes. Es como si el espíritu del cambio se hubiera terminado. Pero creo que este rasgo es pasajero. No obstante, hay algo en los jóvenes de lo que uno debe desconfiar. Algo que me parece peligroso. Muchos de ellos quieren ganarse el sustento con la literatura. Creo que eso es un grave error. Jesús dijo a los fariseos: “En verdad os digo, aquel que quiera ganarse la vida, la perderá”. Esta es una advertencia. Por otra parte si una literatura es verdaderamente nueva, tardará años en encontrar un público. Entonces, si el joven escritor de veinte años ya tiene esposa, hijos, un departamento, peces rojos, un gato, un perro, un coche, necesita obtener dinero para sostener todo eso.
Mario Bellatin, Gallinas de Madera