TESTOSTERONA

"No se te olvide que lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas. Excepto el herpes, eso sí te lo traes" (Resacón en Las Vegas de Todd Philips)

FOX
1
No es nada del otro mundo. En apariencia, un grotesco hervidero de testosterona, histriónico, decadente y fuera de control. Pero si te fijas bien, todo es pactado. Nada se sale del guión establecido. El alcohol, los disfraces, el escándalo, el mal gusto, el despelote y demás es exactamente lo que se espera que pase. Y así pasa. Y sus novias lo saben. Y a todo el mundo le parece bien porque no son más que ingenuos niños haciendo el gamberro. 
Tú no tienes ningún interés en estar ahí, como de costumbre, pero tu amigo de la infancia va a casarse y quiere que estés en su despedida de soltero con el resto de hombres heterosexuales. El problema es que tú no eres heterosexual y hace años que perdiste toda capacidad de diversión. La diversión es un placer irracional. Pero tú no puedes dejar de pensar a cada momento lo que estás haciendo y lo que vas a hacer después y lo que están haciendo los demás. No eres más que un fantoche cerebral que observa, juzga y reflexiona.

2
Habéis disfrazado al novio de animadora de fútbol americano. Falda. Medias. Tetas postizas. Lo habéis maquillado como se maquillaría una prostituta durante un terremoto. Os habéis puesto unas camisetas de baloncesto encima de la ropa porque hace demasiado frío. Un cubata, dos cubatas, tres cubatas antes de salir. La noche va a ser larga. Lo paseáis por el barrio. A nadie parece importarle demasiado. Cogéis el metro. Hacéis que el novio se haga fotos con la gente. Hay tres tipos de reacciones: indiferencia, rechazo o complicidad compasiva. Tu sentido del ridículo es lo que menos te importa cuando te das cuenta de que no son ni siquiera las nueve de la noche.
Llegáis a un restaurante de la Barceloneta. Está todo organizado. ¿Por qué pagar 50 euros por un restaurante con un menú que no vale ni 10 y la entrada a una discoteca por la que no pagarías ni 5? Por tres motivos. El primero es que te aíslan en un salón en el que puedes hacer todo el escándalo que quieras. Puedes subirte encima de la mesa a bailar. Puedes desnudarte y correr alrededor. Podrías violar una virgen allí mismo o degollar a un jabalí vocinglero que no te llamarían la atención. El segundo motivo es la barra libre. Y el tercer motivo es la stripper. 
Se hace llamar SexySandra. Tú hubieras preferido ir de putas. Nunca has estado en un prostíbulo. Te hubiera encantado entrar y tomarte una copa en la barra. Que se te acercaran las putas y trataran de seducirte. Ver cómo es. Ver qué te dicen. Pero eso no es divertido para ellos. Tienen miedo de sí mismos. Te miraron asustados, como a un loco, cuando lo propusiste. Eso no es lo que se supone que tiene que pasar. SexySandra es lo que está previsto. 
SexySandra ha venido con una capa negra y un corpiño de cuero del que se ha ido quitando varias partes. A juzgar por su cara, debe pasar los 40. No quiere que le hagáis fotos. Es flaca, artificial. Sabe cómo moverse. Sonríe como si le cayéramos bien mientras baila una canción rockera. Una vez en tanga y sujetador (también de cuero), toma una bolsa de nubes de azúcar de la mano de su asistente. Os pone a todos de pie. Todavía tienes restos de mortadela entre los dientes. Se dirige primero al novio. Se pone una nube entre los dientes y le incita a compartirla. Sus labios se acercan peligrosamente hasta que la nube se rompe. De manera similar, juega con cada uno de los invitados, en estricto orden por cómo estáis sentados. Cuando está a punto de tocarte a ti, te das cuenta de que solamente le quedan dos nubes en la bolsita. Tus amigos están deseando comerle de los tirantes o del culo la golosina y tú vas a impedírselo por comerte la última. Así que te apartas. Les dejas pasar. Te vas hasta el fondo de la sala. Pero SexySandra ya tiene muchas tablas y no te va a dejar escapar tan fácilmente. Su asistente tiene preparada otra bolsa de nubecitas. Tus compañeros podrán jugar también.
A ti, como castigo, te va a tocar comérsela directamente del coño. No es broma. SexySandra es vengativa. Se baja el tanga hasta la mitad. Va totalmente depilada. Coloca la chuchería en la braguita, justo encima de su vagina. Te agarra por el cogote y te aplasta contra su chocho imberbe. Tus amigos aplauden como locos. Silban. Gritan. Pero eso no es todo. SexySandra se coloca otra nube entre las tetas. Te agarra otra vez la cabeza y te aplasta contra ellas. Son duras como rocas. No has sentido nada igual antes. Casi te rompe la nariz.

3
Antes de las tres de la mañana, casi ninguno de vosotros puede con su alma. Los años no perdonan. El alcohol ya no estimula como antes. En la discoteca, ya te has tomado la copa que te corresponde. Tu última copa. La mayoría de vosotros ha perdido los disfraces por el camino. Al novio solo le queda una teta. El local está medio vacío. La crisis. El frío. Es una discoteca de mierda, no nos engañemos. Otras despedidas  de soltera llenan la pista. Mujeres de 60 años con pollas en la cabeza te dice que lo vuestro podría ser peor. 
Te apartas a un rincón mientras algunos de tus amigos flirtean con chicas con las que no sucederá nada. Solo bailar agarrado, muy cerquita, decirse algo en el oído, sonreír, tocarse el pelo y después decir: "Lo siento pero tengo novia". También forma parte del plan. No supone ningún riesgo. Y sus novias lo saben. Y también lo hacen. Es solo un juego.
En tu esquina, empiezas a planear marcharte de allí. Sacas el móvil. Visitas facebook. Visitas twitter. Entras a whatsapp. Abres una conversación y escribes: "Te echo de menos. Me encantaría dormir contigo esta noche".
Entonces, se acerca tu amigo Félix con la camista totalmente desabrochada y apestando a vodka. 
¿Qué haces?
—Hablar por whatsapp.
Enséñame una polla.
¿Cómo?
Una foto de una polla.
¿Qué dices?
Venga, eres gay. ¿No tienes fotos de pollas en el móvil?
No.
Tus amantes seguro que te mandan fotos de su polla. Eres gay. Seguro que lo hacen. De sus pollas erectas. Tienes que tener un montón. Enséñamelas.
Lo siento, pero no tengo.
Es cierto. No tienes.
Joder, eres un soso.
Y tiene razón. Te alejas de él. Vas al baño en el piso de arriba. Huele a meados desde diez metros de distancia. En el espejo, tres negros se están peinando y colocándose sus respectivas gorras. Saludas. Echas una meada de tres minutos. En la pared, hay una pintada con rotulador que dice: "Sexo es follar por el culo, lo demás es postureo". Al salir, te cruzas con el novio. Apenas te reconoce. Le saludas y se ríe.
Vuelves a tu rincón. Abres whatsapp. Última vez hoy a las 02:34. Vas a dormir solo otra vez.
Entonces, se te acerca una chica. Es guapa. 
Hola, ¿qué tal? ¿Qué haces aquí solito?
Es extraño que cuanto menos interés tengas en ligar, más se te acerquen a hablarte.
Aquí estoy.
¿Y tus amigos? ¿Por qué no estás con ellos?
—Porque ya me voy.
¿No te gusta este sitio?
Hubiera preferido ir de putas.

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