A la salida de la rueda de prensa se formó un pequeño tumulto con algunos fans y uno de sus guardaespaldas me voló las gafas. La mala suerte hizo que yo y mi cámara estuviéramos en el lugar equivocado. A las dos semanas llegó a la redacción del periódico un paquete a mi nombre desde Los Ángeles. Dentro había un estuche compacto con una gafas de Tom Ford. "Lamento lo ocurrido. Susan", decía una nota manuscrita. Es un modelo de gafas que no ha llegado aún a España por lo que no he podido poner cristales, pero me hace ilusión llevarlas en el bolsillo de la chaqueta. Susan, si lees este blog, que sepas que tengo 1'5 dioptrías en el ojo derecho y 2 en el izquierdo.