MADRUGADA

Arrebujado en un mar
de sábanas en llamas
me abandonas
cada madrugada.
Desterrado de ti, duermo
en la condena
del olor de tu cuerpo sin tu cuerpo
mientras amanece.

Desorientado y carnal,
en la maraña de aliento y abandono
en que me dejas,
me masturbo sobre tu fantasma.

Ni me desvivo por ti ni por nadie,
ni me arranco la piel a tiras por tu amor,
ni pienso en mariposas,
ni lloro por las noches.

Pero cada madrugada que te marchas
con tu prisa cruel
el hueco de tu abrazo es un abismo,
la cuenca de mi boca, un lodazal
y se me llena de jueces la memoria.

Es un océano mi cama de tu semen
con mi semen
en que muero ahogado
cada madrugada.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

*