Hemos de tratar de ser felices, aunque sólo sea por poner el ejemplo.
Jacques Prévert
Amaneciste
y vi la vida de cerca
estrellarse en tus ojos.
Invoqué ebrios pecados
donde la espalda
inicia el rito de la botadura.
Y si osáramos a ser felices
para dar ejemplo
a los cuervos de Montmartre.
Las bestias murieron
de puro desamparo;
caníbales que ignoran
la razón de su exterminio.
Mi cicatriz es la última
frontera de tu nombre.
Mi cicatriz ; humedad de lluvia
dormida en los párpados.
Bajo la nieve
mis dientes sangrando
por los cafés hechos jirones...
Cuando regrese
yo seré noche cerrada
y Paris
una ciudad como un vientre
sin nombre
un amor imposible
que nos ladra desde lejos.
Temblando
no sabe el hambre
cuanta muerte le espera.
Jorge J. Molina |