Duerme, mi niña fábula, que era el poeta un zorro que habitaba zorro las cunetas
y érase que esta vida era una carretera sombría vestida de luces blancas, niña fábula,
que puesto frente a las luces blancas cuán lindo pelaje y grandes ojos de zorro blanco,
qué ilimitada belleza la del poeta que era un zorro blanco, niña fábula duérmete,
cuando a besar ya se ponía en el luminoso abrazo de un camión, duerme mi niña fábula,
que eran segunditos, niña fábula, donde eran nívea plata y oro blanco y cristal
la herrumbre del camión y el pelaje del poeta que era un zorro blanco así puesto,
niña fábula duerme, frente a las luces luminosas alfombrita blanca de un camión
en esa carretera negra vestida de luces que era esta vida, niña fábula duerme,
donde eran los camiones realidades con faros de luz de bellos sueños blancos de ti.
Pero duerme, mi niña fábula, duerme,
que hay muertes que no son muertes en las fábulas
y hay poetas que son zorros que habitan zorros las cunetas
y por ti cruzan, niña fábula, la vida.