Recuerdo cómo era él entonces y me veo conduciendo de noche en una carretera llena de baches, con rectas interminables. Voy con mi mujer al lado y con mis dos hijos atrás: uno adolescente y el otro todavía un crío. Trato de adivinar en qué me parezco a él.
Conduzco a ciegas, sin pasado ni futuro, e imagino cómo hubiera sido yo si hubiera sido él.
Ahora y entonces.